Enter the void, una película muy entretenida, con un uso del espacio-tiempo muy divertido y con una narrativa que hace ver esta historia estuvo muy pensada y producida.
Enter the void comienza en un pequeño apartamento en Tokio
iluminado por neón. Estamos sentados detrás de los ojos del joven americano
Oscar (Nathaniel Brown) mientras observa la ciudad desde su balcón,
ocasionalmente la pantalla se ve negra o se mueve al compás que Oscar parpadea
y mueve su cabeza. Oscar, según dice su hermana Linda (Paz de la Huerta) se está
convirtiendo en un junkie y a pesar de repetírselo a si mismo (y a nosotros)
que no lo es, decide probarla en lo incorrecto al fumar un buen hit de DMT y
desenlazarse del mundo en su cama a ver los bellos patrones de fractales que se
disparan por su corteza visual. Vemos todos estos y más efectos porque vemos el
mundo a través de los ojos de Oscar.
Con unas metáforas hindúes no tan simples de comprender. y con
unos planos muy elaborados, esta película cuenta la historia de cuando a Oscar le
dispara un policía japonés mientras que tiraba unas drogas por el escusado de
un bar, muere y al ya estar bajo los efectos del DMT antes de ser disparado,
Oscar al activar el reflejo del cerebro de producir esa sustancia de forma
natural en el sistema, el joven Oscar entra en un viaje muy profundo, donde
observamos con el su vida desde una perspectiva diferente, Mostrando los
momentos más importantes de su vida y lo que paso después con sus conocidos,
esta película ya no juega, sino que se adueña de muchos movimientos de cámara
muy innovadores.
Planteando un punto de vista budista manejando el juego este de la
reencarnación, y con unos efectos visuales impresionantes, esta película
contiene unas escenas muy explicitas y una historia muy cruda, no es para
cualquier público, y aparte hay que seguir el hilo narrativo en todo momento,
de no hacerlo uno se pierde fácilmente, aunque a fin de cuentas, no es tanto
problema, ya que hay muchas escenas que solo refuerzan un punto que si bien la película
lo tiene muy bien establecido, juega un tanto con los planos, efectos y
escenas.
Me gustó mucho el detalle de mostrar todas
las consecuencias que puede ocasionar una simple muerte, todos los eventos que
desencadena, y un pequeño insight a lo que sufren las familias y personas
afectadas por el fallecimiento, haciendo a uno reflexionar un poco acerca de
¿que pasaría si muriera mañana? mientras hace que el espectador se meta en los
zapatos de los personajes en ciertos momentos clave de la película; Si llega a
ser algo larga y para la última parte un tanto tediosa por los movimientos de cámara
que emplea, entretenida a fin de cuentas, y según críticos y expertos,
"Retrata fielmente lo que se experimenta bajo los efectos del DMT".
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